Llevo años tratado de poder escribir esto, pero hoy me
limito a decir que soy una hija de Dios, que ha luchado por ser amada, pensando
que no era amada. Pero que es el Amor, el amor es una madre dando de lo que no
tiene para que tengas, de un hermano o hermana siendo más que eso para que
siempre estes protegida. De una amiga rompiendo las barreras de la amistad y convirtiéndose
en tu familia más cercana. Unos amigos tan leales que ni la distancia pueda
cambiar o separar. Una compañera que no se conformó en ser solo eso y se convirtió
en tu hermana y ama a tus crías como si fueran sus sobrinas. Una amiga que no
solo te dio una amistad, sino que te dio una familia que te ama. Una iglesia
que te extiende los brazos, unos pastores que siempre oran por ti luchan día a día
para que tu alma nunca deje de luchar. Unas hijas que nunca se cansan de decirte
que eres la mejor mamá de este mundo y más, muchas cosas más. Pero sobre todo
el amor de Dios, un amor que nada, ni nadie jamás podrá comprender, porque es
algo fuera de este mundo. Ha sido tanto lo que Dios ha hecho en mi vida desde
mi nacimiento, no creo que haya sido casualidad, no creo en las casualidades,
pero pienso que Dios me ha dado el don de recordar ciertas cosas para que nunca
olvide que provengo de Él. Todos somos especiales, pero cada uno es
especialmente único.
Recuerdo algo muy marcado que Dios me ha dicho en
muchas ocasiones, de muchas maneras y personas que jamás he vuelto a ver, y es
que mi corazón es especial, un corazón conforme al corazón de Dios. Y pienso en
todas las cosas que he pasado en mi vida, y me ha sido tan difícil odiar, y
guardar rencor. No niego que una vez sentí cuan fuerte puede ser odiar a
alguien que te hizo daño, fue una experiencia amarga, triste y oscura. No deseo
jamás que alguien pueda sentir eso. Pero pienso que eso era lo que me hacía
falta para darme cuenta de cuanto puedo llegar amar. Porque siempre escojo amar
sobre todas las cosas. Lo que me llevo a perdonar a los demás, y perdonarme a mí
misma, lo cual se me ha hecho difícil, pero necesario. Para mi amar, es dar, es
estar, pero recientemente entendí que también es saber irse. Porque si
continuas donde no debes estar te pierdes, y mueres lentamente. Pero el amor
verdadero jamás deja de ser. Una vez le dije a alguien: "el amor nunca
deja de ser, simplemente se transforma". Cambia sin dejar de ser, es algo
que se atesora en el corazón. Todas y cada una de estas son parte de mi
testimonio de vida. He sido amada, cuidada, apreciada, admirada, alentada y un
sin número de cosas más. Pero también fui abandonada por quienes más amaba,
menospreciada, criticada y también un sin número de cosas más, y le doy gracias
a Papá Dios por que siempre guardo mi corazón, haciéndome entender que las personas
dan lo que son o lo que tienen. La Palabra de Dios dice Oísteis que fue
dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero
yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced
bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para
que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol
sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. (Mateo
5:43-45). Este versículo guarda algo bien importarte, porque si logras esto
habrás logrado conocer a Cristo, que nos enseñó que perdonar es la muestra más
grande de amor al entregar su vida por toda la humanidad. Para que sus pecados
fueran perdonados si se arrepiente de corazón. Pero Dios es tan bueno que
siempre nos da la oportunidad de arrepentirnos. Nada pasa por casualidad, nadie
entre a tu vida por casualidad, nada pasa por que sí, todo es parte del propósito
de Dios en nuestra vida. Recuerda lo único seguro en esta vida es que Jesús
vino a este mundo para que nosotros fuéramos salvos. Amén
9/21/2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario